domingo, 13 de septiembre de 2009

"El animal que se convirtió en leyenda"

Llevaba bastante tiempo queriendo dedicar un post a uno de los animales más representativos de nuestra fauna, el lobo ibérico. En algunos lugares decir lobo es decir alimaña, algo que causa graves daños en el ganado y con lo que hay que terminar apresuradamente. Quizá esto, entre más factores, es lo que hace que este animal se relacione con el demonio y con el mal. Nada más alejado de la realidad. No pretendo hacer apología de esta especie en el sentido de decir que es el animal más bueno que hay. Es cierto que causa daños en el ganado, pero no toda la culpa es del lobo. Ejemplo de ello es que en la Sierra de la Culebra en Zamora, existe una de las mayores densidades de lobo de la península y los ataques al ganado son anecdóticos. Hay abundancia de ciervos y se les proporcionan carroñas para evitar que ataquen el ganado. Gracias a esto muchos pueblos de esta región viven y comen gracias a naturalistas que van a ver al lobo.
Pero esa es otra historia. Todos los naturalistas sienten respeto y admiración por el lobo. Todos sueñan con verlo o con escuchar sus aullidos. Mi historia con el lobo comienza cuando yo era pequeño.
Yo vengo de familia ganadera por lo que la relacion con dicho animal en las montañas de la cordillera cantábrica es muy estrecha. Siendo pequeño y dando una vuelta por el monte mi padre me cuenta una cosa que le pasó de pequeño. Mientras el bajaba de la braña de cuidar el ganado, ve en un teso unas ovejas de un vecino del pueblo. Es entonces cuando un lobo solitario se dirige corriendo hacia 2 corderos, uno de los cuales se despeña y otro cae en las fauces del lobo tras una escoba donde mi padre pierde la pista al animal. Desde entonces, siempre que pasamos cerca de ese lugar, mi padre me recuerda la historia. 7 ovejas le mató el lobo a mi abuelo causando unas bajas por el valor de 35000 pesetas de la época.
Historias así que te cuentan cuando eres pequeño son las que hacen que sientas curiosidad por ver a ese animal al que todos temen. El que buscan los cazadores y vigilan los pastores. Puede parecer por lo que he contado hasta ahora que el lobo es un ser vil que sólo ataca al ganado. El lobo, como todos los animales, prefiere conseguir alimento con poco esfuerzo. Es más rentable atacar a un rebaño de ovejas, que no saben hacia donde escapar y la mayoría se matan unas a otras a pisotones, que seguir a un jabalí o un ciervo que están curtidos en la huida. Es igual que el oso que baja a las colmenas o demás animales que causan polémica.

Hembra de lobo ibérico (Canis lupus signatus) en la cordillera cantábrica

Mi primer avistamiento de lobo fue, como siempre me prometí, en las montañas en las que vivo. Las húmedas y escarpadas montañas del norte dan cobijo a varias manadas de este animal. Era Noviembre y todavía no había nevado ese año (2007). Ibamos a hacer una ruta de esas a las que tienes cariño por algo en concreto, cuando de repente veo un bulto esconderse en un escobal. Se lo digo a mi padre y a mi primo que me acompañaban aquel día. Decidimos esperar en la zona hasta que algo de señales de vida, si había entrado algo, tendría que salir de allí. Es entonces cuando vi mi primer lobo. Una loba que portaba restos de algun animal en sus fauces. Iba cogiendo altura hasta coronar en una quebrada. Entonces aparece un segundo animal, también hembra (ver foto). Al salir del escobal queda mirándonos y sientes la mirada del lobo de la que todos hablan. Va hacia otra quebrada con el característico trote lobuno, con el cual pueden recorrer largas distancias sin ocasionarles cansancio. Al asomar en una vaguada un rebaño de rebecos sale esparcido en todas direcciones y es que el lobo es respetado por todos ya que forma parte de la cima de la pirámide alimenticia.

Mi segunda experiencia con estos animales en las montañas cantábricas fue el año pasado. También en invierno y esta vez con nieve. La noche había sido fría y caminar por algunas zonas era peligroso ya que una ligera capa de hielo dificultaba el equilibrio. Alcanzamos una zona desde la cual controlamos un amplio valle. Es alta montaña, por lo que los rebecos caminan en fila india sobre la nieve a la vez que se ablanda con los primeros rayos del sol. Veo entonces 2 siluetas que bajan corriendo hacia el fondo del valle. A simple vista no adivino bien de que se trata, pero entonces giran y puedo ver una gran cola que sirve de timón en el descenso por la nieve. De nuevo 2 lobos buscando alimento. Se nos esconden pero al rato volvemos a localizarlos. Caminan lentamente y pronto descubrimos el motivo. Unos metros por delante suyo, 2 rebecos se alimenta al borde de un desfiladero. Presenciar una escena de caza de estos animales en plena naturaleza es algo con lo que todos soñamos. Entonces uno de los rebecos levanta la cabeza. Han sido descubiertos, intento fallido. Los lobos entonces se relajan ya que saben que los rebecos tienen ventaja junto a ese desfiladero y no hay opciones de éxito.

En la fotografía podeis ver 2 lobos ibéricos (uno sentado y otro con la cabeza girada) y 2 rebecos en la esquina superior izquierda. Pinchar en la foto para ampliar

Rebeco ante una pareja de lobos

Pareja de lobo ibérico. Como podéis ver uno de los ejemplares es más rubio y el otro es más negro. Posiblemente un macho y una hembra.

Los lobos merodearon por la zona mientras otros rebecos no les perdían ojo hasta que se adentraron en el bosque donde sus siluetas son menos llamativas. Las fotos no tienen demasiada calidad debido a la gran distancia a la que se encontraban los animales.
Mi último avistamiento de lobo se produjo el viernes día 4 de este mes. Era un día normal de monte, esperando en algún sitio a ver si se veía algo interesante. Cuando en unos campetos veo una silueta que me resulta familiar. Era un lobo sin duda. La emoción nos recorre por dentro ya que está más cerca que en las otras ocasiones. Decidimos ir a un punto por el cual el lobo puede pasar, ya que es una senda natural y hay posibilidades de que vaya por ahí. Aparece una silueta entre las hayas. Es más grande de lo que parece cando lo ves lejos. Un bonito macho de lobo ibérico se muestra ante nuestros ojos. Nos mira durante un instante y cambiando el rumbo, pero no el paso, se pierde en la espesura del bosque.

Macho de lobo ibérico (Canis lupus signatus) de las montañas del norte.

He visto el lobo fuera de la cordillera una vez, y no fue en la culebra. Sin embargo el sentimiento que provoca a alguien que sueña con verlo en estas montañas toda su vida es diferente.
No quiero entrar en polémica con cazadores o ganaderos. Simplemente decir que el lobo estaba aquí antes que ellos. Que el problema no son los lobos que haya, que cacen muchos corzos o muchos ciervos. Son ellos mismos los que cazan a esgalla sin poner precintos y demás historias que suceden todavía hoy. Hay menos bichos por su culpa y no por culpa del lobo.
Con los ganaderos es otra historia, al menos hoy pagan indemnizaciones aunque demasiado despacio. Tardan mucho tiempo en compensar los daños y de esa forma los ganaderos acaban odiando al lobo. Es el problema de un país que todavía está muy atrás respecto a temas medio ambientales.
Esperemos que el lobo camine por nuestros montes durante mucho tiempo, controlando a especies como el jabalí que causan daños en la agricultura y sobre otras especies animales. Controla también a los ciervos, que afectan por ejemplo al urogallo. Seguro que se me quedó algo en el tintero pero bueno. Espero que os haya gustado la entrada y un saludo.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Pirineos (Segunda parte)

La crónica del segundo día en los pirineos es más breve. Nos dedicamos a buscar pequeñas joyas de la herpetofauna de la región. Y es que hay que mirar para los bichos grandes pero también para los pequeños.
El primer objetivo del día era ver tritón pirenaico, un urodelo de piel rugosa que habita en los torrentes del pirineo. Las indicaciones nos llevaban al remanso de un riachuelo en el cual pudimos ver bastantes ejemplares. De todos los tamaños e incluso realizando cópulas con el nudo característico que produce el macho con su cuerpo alrededor de la hembra. Aquí van un par de fotos del tritón pirenaico. En la primera podéis apreciar la piel rugosa y la linea vertebral amarillenta. En la segunda se puede ver el color anaranjado del vientre y las excrecencias córneas oscuras de la punta de sus dedos.

Tritón pirenaico (Euproctus asper) macho

Macho de triton pirenaico

Mientras fotografiábamos a los tritones, una pareja de pito negro nos deleitó con sus cantos y vuelos. Yo ya había visto y escuchado al Dryocopus aquí en mi tierra, pero mi padre lo vió ese día por primera vez. Las alas de este enorme píccido cortan el aire haciendo un ruido bastante audible a corta distancia. Otro de los iconos del pirineo había sido visto sin buscarlo.
En nuestra estancia en los pirineos pudimos ver gran número de ranas bermejas. Sin embargo la tonalidad dominante en la zona en la que nos movimos era amarillo-dorado. Aqui en la cordillera casi todas las que veo son pardas o rojizas, sin embargo allí no. Adjunto una foto de uno de los ejemplares de Rana temporaria del
pirineo.

Rana bermeja (Rana temporaria)

Decidimos visitar ahora una zona bastante buena para víbora aspid, sin embargo no hubo suerte esta vez ya que la Vipera no apareció. Dimos vueltas a unas cuantas piedras, bajo las cuales también nes encontramos con alguna sorpresa. Me refiero a un ejemplar de sapillo moteado que nos topamos bajo una roca. No llevaba intención de encontrarme con esta especie, sin embargo nos sonrió la fortuna y pude añadir este anuro al conjunto de anfibios de los que he disfrutado a lo largo de mi vida.

Sapillo moteado (Pelodytes punctatus)

De camino al hotel pudimos presenciar un buen bando de milanos (reales y negros) que supongo estaban en plena migración. Los reales comienzan a llegar y los negros a irse. También comentar que me sorprendió el buen número de águilas calzadas que hay en el pirineo comparado por ejemplo con la zona en la que yo me muevo normalmente.
La crónica de hoy ha sido mas escueta que la de ayer pero la vivencia fue igualmente apasionante. Espero que os guste y un saludo.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Pirineos (Primera parte)

Este verano tenía planeado visitar la gran cordillera que separa España del resto de Europa y así lo hice. La intención era fotografiar las mayor cantidad de especies tipicas del sistema montañoso pirenaico pero con un mínimo desplazamiento. Gracias a las magistrales indicaciones de un buen amigo (el sabe quien es) no tuvimos ningún problema.
La primera parte del viaje tratará sobre aves y mamíferos y la segunda parte sobre herpetofauna sobre todo.
El primer día del viaje decidimos dedicarlo a 2 especies representativas del pirineo. La marmota y la perdiz nival. De paso veríamos otro tipo de aves como piquituertos y verderones serranos.
La marmota y el lagópodo alpino son especies que desarrollan su vida a gran altitud, sobre el umbral de coníferas del pirineo. Nuestro camino comienza en dicho umbral donde los piquituertos perchan sobre la copa de los árboles perennes y los verderones serranos campean en las zonas despejadas y entre las rocas en busca de algo que llevarse a la boca.

Verderón serrano (Serinus citrinella)

Una vez pasamos del ecotono entre el bosque perenne del pirineo y la zona prealpina, empezamos a estar preparados para cualquier indicio de las marmotas. Son animales de la familia de las ardillas (Sciuridae) que pasan el duro invierno del pirineo en guaridas bajo tierra. Son casi 6 meses los que pasan bajo tierra algunos años y por ello han de estar preparadas. Tras la primavera, las marmotas salen a la entrada de su madriguera ,normalmente con alguna roca cercana, sobre la cual se solean para entrar en calor tras las noches sobre los 2500 metros de altitud. Son animales sociales. Uno de ellos se coloca estratégicamente vigilando las zonas de posible acercamiento a las madrigueras y cuando considera que el peligro es evidente emite un silbido de alarma fácil de escuchar y diferenciar en la alta montaña de los pirineos. Es entonces cuando las marmotas se refugian en las madrigueras hasta que pasa el peligro.

Marmota (Marmota marmota) a la entrada de la madriguera

Las marmotas son animales agradecidos a la hora de fotografiar ya que si tienes ligeras nociones de acercamiento a fauna salvaje dejan acercarse a una distancia buena para fotografiarse. Tengo entendido que en algunas regiones del pirineo son extremadamente confiadas. Destaca también su simpatía colocándose sobre las patas traseras o viéndolas correr.

Marmota levantada sobre las patas traseras

Además de los silbidos, las marmotas se comunican visualmente gracias a un penacho oscuro que poseen en la cola. Lo agitan ante situaciones de alarma avisando a las marmotas cercanas. Como he dicho son animales bastante avanzados en el sistema de alarma conjunta.

Familia de marmotas en la que podemos ver un adulto (dcha) y dos juveniles.

Marmota silbando para alarmar a sus congeneres.

Marmota adulta descansando sobre una roca.

Pudimos disfrutar de las correrias de estos animales durante todo el día ya que aparecen en buen número y se dejan ver con facilidad sobre las rocas.

Marmota en su ambiente típico

Dejamos atrás la zona de las marmotas y llegamos al ambiente alpino (sobre los 2700 msnm), hábitat característico de la perdiz nival o lagópodo alpino. El plumaje crípitco de esta especie durante casi todo el año dificulta su observación. En invierno su plumaje es de un blanco casi impoluto y hace que se camufle de sus depredadores en la nieve. El hecho de que las nieves lleguen cada vez más tarde y las perdices muden antes la pluma, hace que sean un imán a depredadores como el azor, el zorro o la marta. Una vez finalizado el invierno las perdices mudan a una coloración grisacea, de tonos casi iguales a las rocas que aparecen en su entorno.
Decidimos asentarnos en un lugar elevado para controlar el ambiente y ver si localizamos a los lagópodos. No lo conseguimos pero mientras podemos observar los buitres volando con las primeras corrientes o un buen rebaño de rebecos de la subespecie pyrenaica.

Buitre leonado (Gyps fulvus) sobrevolando el pirineo

Rebecos (Rupicapra pyrenaica pyrenaica)

Los rebecos pirenaicos son más conocidos como sarrios o isards. Tienen un mayor tamaño corporal, los cuernos son mayores que en los rebecos cantábricos y el antifaz aparece menos marcado que en la subespecie parva.
Decidimos tantear el terreno desde dentro y es entonces cuando conseguimos localizar un bando de 5 perdices correteando. Es una especie que levanta el vuelo pocas veces, al contrario que la perdiz pardilla o la roja. Es dificil seguir la pista de los lagópodos ya que se camuflan a la perfección.

Lagópodo alpino (Lagopus mutus) en su entorno

Una de las perdices del bando llevaba un radiotransmisor ya que la antena sobresalia de su precioso plumaje. Supongo que los científicos facilitan así la localización en futuras visitas al hábitat del lagópodo alpino. Aquí van un par de fotos del lagópodo alpino.

Lagópodo alpino

Lagópodo alpino donde podemos ver la ceja característica de los tetraónidos

Se presentía tormenta por lo que decidimos tomar el bocata disfrutando de haber podido conseguir varios de los objetivos principales de la "expedición". Nos sentamos junto a un canchal donde una marmota asomaba de vez en cuando. Es entonces cuando miro atrás y veo un joven armiño acercándose a nosotros por la espalda. Al ser descubierto huyó hacia otro canchal del cual no salió mientras estuvimos allí. Vi la especie varias veces en la cordillera cantábrica pero es una ilusión poder haber visto al ágil armiño también en pirineos. Ya había terminado de comer cuando me levanto a asomarme a un risco a ver si se veía alguna marmota cerca. En ese momento mi padre me avisa de que algo vuela bastante cerca. Miro y se trataba de un juvenil de quebrantahuesos. Una especie con la que no contaba y sin embargo se presenta pudiendo verla a la perfección. El día era nublado por lo que las fotos no son para tirar cohetes, pero se ve bien de que carroñera se trata.

Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) juvenil.

Al final nos pilló la tormenta antes de poder refugiarnos. La noche antes también habia descargado bien ya que había buenas montoneras de granizo en las pozas de la zona alpina. Sin embargo el agua no pudo enfriar la ilusión de haber disfrutado de tres de las especies características del pirineo. Aquí finaliza la primera parte de la crónica del viaje. Un saludo