viernes, 14 de noviembre de 2008

El celo de rebeco cantábrico (He vuelto)

Bueno pues más de dos meses sin actualizar. Es lo que tienen los estudios. Me voy a León toda la semana y allí no tengo las fotos que hago aquí los fines de semana asi que no actualizaba, y cuando vengo aquí casi tengo tiempo sólo a salir al monte y estudiar.
Espero que este parón temporal no se produzca de nuevo y pido disculpas a los seguidores del blog. He hecho muchas cosas estos 2 meses: Visita a Villaviciosa, Berrea del ciervo y Ronca del gamo en el Sueve, gato montés, etc... pero creo que lo mejor es empezar con lo más reciente que ha sido el celo del rebeco.
Con la llegada de las nieves, los rebecos saben que algo pasa y se echan abajo en el monte. Son migratorios altitudinales: se desplazan en funcion de la comida ( a los altos en verano y a los valles en invierno cuando las nieves tapan las cumbres).
Es entonces cuando comienza la época de celo de estos acróbatas de la caliza cantábrica.
Los machos defienden un harén con alguna hembra y crías. No lo hacen como los ciervos o los gamos. En el caso de los rebecos, uno de los machos arranca a carreras detrás del que pretende expulsar atravesando neveros, peñas imposibles ... En el momento en que el perseguidor alcanza al perseguido los 2 ruedan por el suelo hasta que se separan. Os muestro una toma de esta persecución.



Este año he escuchado por primera vez berrar o balar a los rebecos. El celo lo había visto más veces pero no tan intesamente como este año. Los machos persiguen con la cabeza gacha y olfateando a las hembras. Ellas son las que deciden. En ocasiones cuando alguna hembra es perseguida, orina. Es entonces cuando el macho huele la orina de la hembra y le queda claro que esa todavía no está en celo.
Es increíble como los machos se colocan sobre las patas traeras para intentar acercarse a las hembras a la par que pegan alguna patada al suelo. Aquí va una imagen de un macho balando a una hembra.



El balido recuerda al sonido de una motosierra al arrancar pero con mucho menos volumen por supuesto.
Este año tuvimos la suerte de que un precioso macho de rebeco cantábrico (Rupicapra pyrenaica parva) se nos acercase mucho gracias a que teníamos el aire a favor y estabamos bien escondidos. Os dejo algunas tomas del encuentro. Espero que os gusten.







En esta época también acuden los corzos a los prados a alimentarse aprovechando la humedad del ambiente. Podemos ver a algunas corzas con crías ya crecidas. En este caso vimos una hembra con dos machos de este año. Es una alegría el ver como ha sido capaz de sacar a los dos adelante.

Familia de corzos (Capreolus capreolus)

También los zorros aprovechan para buscar algún roedor bajo la nieve guiándose por el ruido que estos provocan bajo el frío manto. En el invierno, un ratón puede suponer vivir unos días mas.

Zorro (Vulpes vulpes) buscando comida en un prado nevado.

Quizá cuelgue un reportaje sobre los gatos monteses de este verano esta tarde o mañana. Mañana intentaré sacar tiempo para actualizar con algo de esos 2 meses. Un saludo.

2 comentarios:

Carlos N. G. Bocos dijo...

Ya se te echaba en falta ¡¡

Tengo ganas de ver esos gatos¡¡

Ya hablamos tio

saludos

Medved dijo...

Buenas!

Acabo de descubrir tu blog y la verdad es que me ha encantado. Te he enlazado en mi blog, espero que no te moleste.

Un saludo y animo con el blog!